Considerado uno de los acuerdos internacionales más exitosos a la fecha, el Protocolo de Montreal podría, de ser modificado, potenciar otras iniciativas en marcha para hacer frente al cambio climático y proteger el medio ambiente de daños adicionales.
El Protocolo de Montreal, acordado en 1987, ha hecho posible una drástica reducción en el uso de sustancias químicas que agotan la capa de ozono, como los clorofluorocarbonos (CFC) y los hidroclorofluorocarburos (HCFC). Quizás aún más reconocido es su aporte al proceso de cerrar el agujero en la capa de ozono sobre Antártica. Actualmente, se están emprendiendo esfuerzos en aras de ampliar el Protocolo de Montreal y lograr una mayor protección del medio ambiente.
En el centro del problema se encuentran los hidrofluorocarburos (HCF) que, en esencia, reemplazaron a los CFC y los HCFC utilizados en sistemas de aire acondicionado, refrigeración y aislamiento de espuma. Estas partículas no agotan la capa de ozono pero tienen efectos nocivos en el clima mundial. Los HCF son gases de efecto invernadero sumamente potentes que atrapan miles de veces más calor en la atmósfera por unidad de masa que el CO2. De hecho, de algunos cálculos se desprende que las emisiones de HCF podrían representar hasta un 19% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (en equivalente de CO2) para 2050 si no se producen cambios en la situación actual.
No obstante, los esfuerzos para enfrentar el problema ya están realizándose. La siguiente semana, representantes de alto nivel se reunirán en Kigali, Ruanda, para tratar de llegar a un nuevo acuerdo que incluya los HFC como parte de un Protocolo de Montreal “extendido”.
No ha sido fácil llegar a este punto. Propuestas para realizar modificaciones vinculadas a los HFC datan del 2009 y han sido presentadas en cada reunión de las partes desde entonces. En la 27ma Reunión de las Partes (MOP27) del Protocolo, en noviembre de 2015, los 195 países acordaron en una “Ruta de Dubái” para controlar los efectos en el clima de los HFC.
Las partes involucradas acordaron trabajar articuladamente, en el marco del Protocolo de Montreal, en aras de formular una enmienda sobre los HFC que resuelva los desafíos y genere soluciones en torno a la manera más eficaz de manejarlos. El avance logrado en 2016 ha sido importante, aunque subsisten algunos temas como la financiación para países en desarrollo y el acuerdo sobre las bases de referencia y el cronograma de supresión gradual.
De llegarse a un acuerdo, este constituirá el pacto más importante en materia de cambio climático desde la adopción del Acuerdo de París en diciembre de 2015, siendo una prueba más del compromiso mundial para hacer frente a este desafío con todos los recursos y herramientas disponibles.
Como el jefe de la Unidad del Protocolo de Montreal, estoy orgulloso del soporte que el PNUD ha brindado para la expansión del mecanismo y de su trabajo con las partes para hacerlo una realidad. Recientemente, el PNUD, con el respaldo financiero de la Coalición del Clima y Aire Limpio para Reducir los Contaminantes Atmosféricos de Corto Plazo y el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, asistió a nueve países en la elaboración de inventarios de HFC que permitan estimar su consumo.
Esa labor permitirá identificar sectores que registran niveles de emisión elevados y formular opciones para reducir el uso de HFC. Algunos ejemplos de nuestra labor de seguimiento incluyen los siguientes:
– En Chile un proyecto piloto está poniendo a prueba una tecnología para reemplazar los HFC en supermercados.
– En las Maldivas, un estudio sobre refrigeración a escala citadina está abordando maneras de evitar el uso de HFC, al tiempo de mejorar la eficiencia energética.
– En Indonesia, uno de nuestros proyectos está haciendo un gran despliegue de tecnologías de alta eficiencia energética y bajo impacto ambiental en el sector de aire acondicionado.
Hemos ayudado ya a 120 países a eliminar 67.870 toneladas anuales de sustancias que agotan la capa de ozono, al tiempo de reducir, simultáneamente, 5.080 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero en equivalente de CO2. Nos complace poder aportar sobre esa base y contribuir a la expansión del Protocolo de Montreal.
Como dijo el Secretario de Estado estadounidense, John Kerry, cuando se trata de enfrentar el cambio climático, debemos tomar cualquier victoria que podamos. Tomar en cuenta y medir las emisiones de HFC, así como proyectar sus futuras emisiones, es clave para reducirlas.
Por Jacques Van Engel, Director del Protocolo de Montreal / Sustancias Químicas, PNUD (www.undp.org)