Patricio Gerpe desarrolló un vehículo sustentable pensado para resolver la escasez de energía en zonas rurales de África.
El proyecto de Patricio Gerpe (25) comenzó con una publicación en Facebook. Se había presentado sin éxito en la edición anterior y este año quería volver a intentarlo. Así fue como se contactó con dos chicas de Etiopía y un joven de Yibuti, todos compañeros en la Universidad Hult, de Londres, y conformaron ENPOV, el emprendimiento social con el que están nominados al Hult Prize Awards, también conocido como el Premio Nobel de los Estudiantes, una de las competencias de emprendedurismo más importantes del mundo.
El objetivo del certamen este año era crear un proyecto que tuviese un alcance de 10 millones de personas a través del uso innovador de energía. Las propuestas que se presentaron eran muy diversas: desde el uso de nanotecnología o plataformas para el intercambio de baterías, hasta la aplicación de energía solar para aumentar la producción de arroz. De entre 30 mil y 40 mil ideas recibidas y de diversos puntos del planeta, la del argentino resultó ser una de las 40 seleccionadas para competir por el Premio.
Al comienzo, cuando estaban en la búsqueda de un proyecto, Patricio y su equipo detectaron que en África existía un gran problema de escasez energética. Ese fue el puntapié inicial: resolver una situación crítica. Pero como desde Londres no podrían avanzar demasiado, con el financiamiento de la empresa argentina VR4 organizaron un viaje para hacer el trabajo de campo y descubrir los aspectos sobre los cuales trabajar. El lugar elegido fue Etiopía. “Nosotros sabíamos que era una población en riesgo, pero no teníamos en claro las prioridades de sus habitantes. Estando allá nos dimos cuenta de que la necesidad vital era el transporte en las zonas rurales”, sostiene este estudiante de Gestión de negocios especializado en emprendimientos.
La población etíope alcanza las 100 millones de personas, y unos 85 millones son modestos granjeros. “La gran mayoría son pequeños agricultores, cuya única manera de transportarse es en burro o a pie. De esta manera, quedan aislados de los mercados porque están imposibilitados de llegar hasta allá con sus productos”, explica.
El equipo de ENPOV pasó una semana en el país africano entrevistando a los locales, conviviendo con ellos y su cultura, conociendo sus realidades y conversando con los Ministerios de Salud y de Transporte. Además fueron a la Cruz Roja y la Unión Africana y de ambas entidades consiguieron cartas de apoyo. Y encontraron una solución a la problemática de los habitantes. El diseño de vehículos a base de biocombustible, independientes de energías no renovables, lograría que los peones de campo puedan cargar sus producciones, comida, granos y agua de una manera económica y efectiva.
Con una idea clara de qué hacer, Patricio y sus compañeros hicieron un segundo viaje a Etiopía. Habían fabricado un prototipo de transporte y debían testearlo. Allí hicieron pruebas y recibieron las opiniones de los granjeros: qué tamaño preferían, cuánto peso debería soportar, e incluso la necesidad de contar con un pedal para no depender únicamente del combustible. “La experiencia de intercambiar con ellos fue muy fructífera, nos permitió perfeccionar lo que queríamos hacer. Sin duda no habría sido lo mismo si no hubiésemos viajado a Etiopía”, cuenta el argentino.
ENPOV debió superar varias etapas para acceder a la final. Tras haber ganado la instancia regional y luego clasificar en la nacional, ahora está nominado entre los 40 mejores del mundo y es uno de los candidatos a quedarse con el Premio Nobel. La siguiente fase tiene a todos los finalistas participando de un programa de capacitación en el castillo de Ashridge, en Reino Unido. Allí viven desde principios de mes y seguirán todo agosto. Sólo seis equipos quedarán seleccionados para definir al ganador, que será acreedor de 1 millón de dólares para continuar financiando su emprendimiento. El premio se entregará el 15 de septiembre en la sede de las Naciones Unidos, con Barack Obama y Bill Clinton como anfitriones del evento, y Muhammad Yunus, Nobel de la Paz, será uno de los jurados.
“Estamos muy motivados con lo que hacemos. Hablamos de millones de personas que con una simple solución le cambiás la vida”, se entusiasma Gerpe sobre su proyecto. Y asegura: “Si el estudio y el trabajo personal no va acompañado de un impacto en el ecosistema donde uno se mueve, no tiene sentido”.
Fuente: https://www.clarin.com