A más de siete meses del inicio de la pandemia de Covid-19, el Director del Instituto de Medio Ambiente de la UNLaM, Mariano Jäger, señaló que la prevención de este tipo de escenarios debe ser acompañada por políticas globales.
Asimismo, indicólos cambios ambientales que se han ocasionado indirectamente con el aislamiento obligatorio.ún la ONU, los próximos diez años serán claves para tomar medidas de remediación contra el cambio climático y sus consecuencias.
Algunos meses antes de que esa rara neumonía detectada en la ciudad de Wuhan, China, se convirtiera en la pandemia con mayor impacto socioeconómico de la historia. Investigadores de diversas partes del mundo ya habían activado las alarmas: el modo de habitar y consumir se volvió insostenible a largo plazo y, si no se toman medidas en la próxima década, los resultados pueden ser devastadores.
La pandemia de Covid-19, desencadenada por el virus SARS-CoV-2, es una enfermedad de origen zoonótico, es decir, que tuvo lugar por el paso del patógeno de un huésped animal a los seres humanos, hecho que ya tuvo antecedentes con otros tipos de coronavirus, como el SARS que se desencadenó en China 2003 y el MERS, en Arabia Saudita en 2012.
Era posible que ocurriera nuevamente. El doctor Mariano Jäger, investigador y Director del Instituto de Medio Ambiente (IMA) de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM), mencionó: “El científico David Quammen, en 2012, planteó que la causa de la próxima epidemia mundial se debería a un virus zoonótico proveniente de un animal silvestre, probablemente un murciélago originario de algún mercado de China”.
“Sus predicciones partían del conocimiento de que las aproximadamente 1100 especies de quirópteros, más conocidos como murciélagos, representan alrededor del 20 por ciento de todas las especies de mamíferos, el segundo orden más numeroso de esta clase luego de los roedores”, comentó Jäger a laAgencia CTyS-UNLaM.
La trasmisión de virus y generación de enfermedades provenientes de animales requiere de una interacción con ejemplares de estas especies (por medio de su captación y consumo) y la presión sobre ecosistemas que los obliga a salir de sus hábitats, dos factores presentes en los patrones de consumo y la estructura económica actual.