El fabricante de vehículos eléctricos Tesla prevé invertir en capital entre 4.500 y 6.000 millones de dólares (entre 3.806 y 5.075 millones de euros al cambio actual) en cada uno de los dos próximos ejercicios (2021 y 2022).
Según datos del informe trimestral de la compañía estadounidense Tesla espera cerrar este año con un gasto en capital cercano a los 3.500 millones de dólares (2.960 millones de euros), después de que las previsiones de la compañía augurasen una cifra de entre 2.500 y 3.500 millones de dólares (entre 2.115 y 2.960 millones de euros) para 2020.
Nuestra inversión en capital suele ser difícil de proyectar más allá del corto plazo dado el número y la amplitud de nuestros proyectos principales en un momento dado y las incertidumbres en las condiciones futuras del mercado», explica la empresa en dicho documento. En él, señala que en la actualidad está incrementando su cartera de vehículos, construyendo nuevas fábricas y desarrollando nuevas tecnologías relacionadas con sus baterías, por lo que el ritmo de su inversión en capital puede variar según la prioridad de cada proyecto.
Por todo ello, Tesla prevé cerrar este año con una inversión en capital de casi 2.960 millones de euros, dato que podría ascender hasta más de 5.000 millones de euros en 2021 y en 2022. En la actualidad Tesla dispone de una planta de producción de vehículos en California (Estados Unidos) y de otra en Shanghái (China), mientras que ha comenzado la construcción de dos nuevas instalaciones en Texas (Estados Unidos) y en Berlín (Alemania), que iniciarán su fabricación en 2021.
Tesla contabilizó un beneficio neto de 331 millones de dólares (280 millones de euros al cambio actual) entre julio y septiembre, lo que representa su quinto trimestre consecutivo con ‘números negros’ y supone más que duplicar (+131%) los datos del mismo período del ejercicio previo. La firma que lidera Elon Musk finalizó el tercer trimestre de 2020 con unos ingresos de 8.771 millones de dólares (7.433 millones de euros), lo que se traduce en una progresión del 39% en la comparativa interanual.
Entre julio y septiembre de este año, la multinacional automovilística matriculó 139.593 vehículos en todo el mundo, un 44% más, mientras que la cifra de producción se situó en 145.036 unidades, un 51% más. De cara al conjunto del año, Tesla contempla superar la barrera de las 500.000 unidades producidas y comercializadas en todo el mundo, un objetivo que mantiene a pesar del complicado entorno de mercado al que se enfrenta a causa de la pandemia del coronavirus.
Un nuevo método potente y de bajo coste es capaz de reciclar aceite de cocina usado y desechos agrícolas en biodiésel, y convertir los restos de comida y la basura plástica en productos de alto valor.
El método aprovecha un nuevo tipo de catalizador ultraeficiente que puede producir biodiésel de bajo contenido de carbono y otras moléculas complejas valiosas a partir de diversas materias primas impuras. Actualmente, el aceite de cocina usado tiene que pasar por un proceso de limpieza intensivo en energía para ser utilizado en biodiesel, porque los métodos de producción comercial solo pueden manejar materias primas puras con 1-2% de contaminantes.
El nuevo catalizador es tan resistente que puede producir biodiésel a partir de ingredientes de baja calidad, conocidos como materia prima, que contienen hasta un 50% de contaminantes. Es tan eficiente que podría duplicar la productividad de los procesos de fabricación para transformar basura como restos de comida, microplásticos y neumáticos viejos en precursores químicos de alto valor que se utilizan para fabricar desde medicamentos y fertilizantes hasta envases biodegradables.
El diseño del catalizador se presenta en un nuevo estudio de una colaboración internacional liderada por la Universidad RMIT, publicado en Nature Catalysis. El co-investigador principal, el profesor Adam Lee, RMIT, dijo que las tecnologías de catalizadores convencionales dependían de materias primas de alta pureza y requerían costosas soluciones de ingeniería para compensar su escasa eficiencia.
«La calidad de la vida moderna depende fundamentalmente de moléculas complejas para mantener nuestra salud y proporcionar alimentos nutritivos, agua limpia y energía barata», dijo Lee en un comunicado. «Estas moléculas se producen actualmente a través de procesos químicos insostenibles que contaminan la atmósfera, el suelo y las vías fluviales. Nuestros nuevos catalizadores pueden ayudarnos a obtener el valor total de los recursos que normalmente se desperdiciarían, desde aceite de cocina usado rancio hasta cáscaras de arroz y cáscaras de vegetales, para promover la economía circular.
«Y al aumentar radicalmente la eficiencia, podrían ayudarnos a reducir significativamente la contaminación ambiental de la fabricación de productos químicos y acercarnos a la revolución de la química verde».
Las medidas fueron anunciadas como parte del plan nacional de erradicación de basurales a cielo abierto y de gestión integral de residuos sólidos urbanos que lleva adelante la cartera ambiental nacional. Beneficiará a más de 160 mil entrerrianos, aproximadamente 13 % de la población provincial.
El ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, Juan Cabandié, y el secretario de Control y Monitoreo Ambiental, Sergio Federovisky, mantuvieron un encuentro mediante videoconferencia con el intendente de Concordia, Alfredo Francolini, para impulsar el saneamiento del basural a cielo abierto en esa localidad entrerriana y el diseño, construcción y operación en el distrito de un centro ambiental regional de disposición final, clasificación y separación de residuos. Estas acciones beneficiarán también a las localidades de Los Charrúas, Colonia Ayuí, La Criolla, Estancia Grande, Puerto Yerua y Colonia Roca.
Al respecto, Cabandié se refirió a “la importancia que tiene una planta de tratamiento que va a contener a siete localidades, al mismo tiempo que se trata de una planta que se realizará bajo principios sostenibles, tanto en materia de energía como en captación de agua y utilización de los recursos”. “Estamos cerrando un basural”, afirmó el ministro, a la vez que destacó que el alcance del proyecto “hará de esta planta un ícono para la región y para la provincia”. Por último, le recordó a los funcionarios locales presentes el interés por comenzar a trabajar en conjunto en el diseño de ordenanzas ambientales adecuadas a los criterios y necesidades del municipio.
Por su parte, Federovisky afirmó: “Estamos celebrando que después de tanto tiempo se pueda poner en marcha el proceso licitatorio para una obra largamente postergada y demandada por la región”, y reconoció que esto permite “poner de pié un préstamo que estaba caído y subejecutado en la gestión anterior”. Además, el funcionario detalló los ejes centrales del proyecto: “El primero es la remediación del basural a cielo abierto y todos los asociados a él. El segundo es la construcción de una planta de transferencia y separación que garantice que la reducción del volumen sea uno de los elementos centrales del proyecto. Y por supuesto la construcción de un centro de disposición final para albergar el rechazo que no pueda ser tratado”.
A su turno, el intendente de Francolini definió la jornada como “un día histórico para Concordia”. “Este paso adelante en materia ambiental posiciona a Concordia en un grado de avance que seguramente será tomada como referencia para muchas localidades del país”, aseguró. Finalmente, expresó: “Queremos agradecer al presidente Alberto Fernández por haber llevado el federalismo a los hechos, en la asignación de recursos, en el trabajo conjunto con los intendentes. La única manera de construir un país más justo y solidarios es hacerlo entre todos los argentinos”.
«Las energías renovables padecen serios problemas en cuanto a su capacidad de ser gestionadas de acuerdo con las exigencias de las actuales redes eléctricas inteligentes, asociadas con la eficiencia energética.
El profesor de la Universidad Católica de Ávila e investigador contratado del Instituto de Cerámica y Vidrio del CSIC David G. Calatayud ha analizado en un breve estudio lo que supone los nanomateriales fotocatalíticos como alternativa para la generación de energía y la purificación de agua y aire como «novedad de un modo sencillo de convertir la energía lumínica en energía química».
Junto a todo esto, la contaminación de agua y aire, especialmente en zonas urbanas, constituye uno de los principales problemas a los que se enfrenta la humanidad actualmente, por tanto, a juicio del investigador, «el desarrollo de nuevos métodos de purificación y descontaminación más eficientes y asequibles constituye un objetivo esencial para el avance sostenible de sociedad».
Según David G. Calatayud, «de entre la variedad de alternativas para la generación de energía renovable y limpia, y la descontaminación del aire y el agua, los fotocatalizadores basados en semiconductores han surgido como la propuesta tecnológica más prometedora, debido principalmente a que representan un modo sencillo de utilizar la energía del sol o de la iluminación artificial, las cuales están disponibles en casi cualquier parte del mundo».
El investigador explica que «la descomposición fotocatalítica del agua a temperatura ambiente mediante el empleo de radiación solar y de fotocatalizadores de bajo coste y eficientes es el paradigma que define al hidrógeno como un vector energético viable».
Y es que, tal como indica el profesor, «la posibilidad de diseñar sistemas sencillos de irradiación solar abre la puerta al diseño de plantas industriales que puedan alcanzar rápidamente competitividad comercial en la producción de hidrógeno como almacén de energía«.
El hielo invernal del este del Océano Ártico creció menos de la mitad de lo normal durante la última década, debido a la creciente influencia del calor del interior del océano.
El hallazgo provino de un estudio internacional dirigido por la Universidad de Alaska Fairbanks y el Instituto Meteorológico de Finlandia. El estudio, publicado en Journal of Climate, utilizó datos recopilados por amarres oceánicos en la cuenca euroasiática del océano Ártico entre 2003 y 2018.
Los amarres midieron el calor liberado desde el interior del océano hacia la parte superior del océano y el hielo marino durante el invierno. En 2016-2018, el flujo de calor estimado fue de aproximadamente 10 vatios por metro cuadrado, lo que es suficiente para evitar que se formen 80-90 centímetros de hielo marino cada año. Las mediciones de flujo de calor anteriores fueron aproximadamente la mitad de eso.
«En el pasado, al sopesar la contribución de la atmósfera y el océano al derretimiento del hielo marino en la Cuenca Euroasiática, la atmósfera lideraba», dijo en un comunicado Igor Polyakov, oceanógrafo del Centro Internacional de Investigación del Ártico de la UAF y del FMI. «Ahora, por primera vez, el océano lidera. Eso es un gran cambio».
Por lo general, en gran parte del Ártico, una capa gruesa de agua fría más fresca, conocida como haloclina, aísla el calor asociado con el agua del Atlántico intruso de la superficie del mar y del hielo marino. Este nuevo estudio muestra que una afluencia anormal de agua salada y cálida del Océano Atlántico está debilitando y adelgazando la haloclina, lo que permite una mayor mezcla. Según el nuevo estudio, el agua cálida de origen atlántico se está acercando mucho más a la superficie.
«La posición normal del límite superior de esta agua en esta región era de unos 150 metros. Ahora esta agua está a 80 metros», explicó Polyakov. Un proceso de invierno natural aumenta esta mezcla. A medida que el agua de mar se congela, la sal se expulsa del hielo al agua. Esta agua enriquecida con salmuera es más pesada y se hunde. En ausencia de una haloclina fuerte, el agua salada fría se mezcla mucho más eficientemente con el agua cálida del Atlántico, menos profunda.
Este calor luego se transfiere hacia el fondo del hielo marino, lo que limita la cantidad de hielo que se puede formar durante el invierno. «Estos nuevos resultados muestran la influencia creciente y esparcida del calor asociado con el agua del Atlántico que ingresa al Océano Ártico», agregó Tom Rippeth, colaborador de la Universidad de Bangor. «También sugieren que un nuevo mecanismo de retroalimentación está contribuyendo a acelerar la pérdida de hielo marino».
Polyakov y su equipo plantean la hipótesis de que la capacidad del océano para controlar el crecimiento del hielo invernal crea una retroalimentación que acelera la pérdida general de hielo marino en el Ártico. En esta retroalimentación, tanto la disminución del hielo marino como el debilitamiento de la barrera de haloclina hacen que el interior del océano libere calor a la superficie, lo que resulta en una mayor pérdida de hielo marino.
El mecanismo aumenta la bien conocida retroalimentación del albedo del hielo, que ocurre cuando la atmósfera derrite el hielo marino, lo que provoca que el agua se abra, que a su vez absorbe más calor y derrite más hielo marino. Cuando estos dos mecanismos de retroalimentación se combinan, aceleran el declive del hielo marino. La retroalimentación del calor del océano limita el crecimiento del hielo marino en invierno, mientras que la retroalimentación del albedo del hielo derrite más fácilmente el hielo más delgado en verano.
«A medida que comienzan a trabajar juntos, el acoplamiento entre la atmósfera, el hielo y el océano se vuelve muy fuerte, mucho más fuerte que antes», dijo Polyakov. «Juntos pueden mantener una tasa muy rápida de derretimiento del hielo en el Ártico«. Polyakov y Rippeth colaboraron en un segundo estudio asociado que muestra cómo este nuevo acoplamiento entre el océano, el hielo y la atmósfera es responsable de corrientes más fuertes en el Océano Ártico oriental.
Según esa investigación, entre 2004 y 2018 las corrientes en los 55 metros superiores del océano duplicaron su fuerza. La pérdida de hielo marino, que hace que las aguas superficiales sean más susceptibles a los efectos del viento, parece ser uno de los factores que contribuyen al aumento. Las corrientes más fuertes crean más turbulencia, lo que aumenta la cantidad de mezcla, conocida como cizallamiento, que ocurre entre las aguas superficiales y el océano más profundo.
Como se describió anteriormente, la mezcla de océanos contribuye a un mecanismo de retroalimentación que acelera aún más la disminución del hielo marino. Las corrientes aceleradas tienen implicaciones prácticas en el Ártico. Los capitanes de barcos necesitan mapas precisos de corrientes para la navegación. Dado que las corrientes mueven el hielo marino, las actividades de extracción de petróleo y gas también necesitan información sobre las corrientes.
Mientras algunas economías comienzan a reabrirse y recuperarse de la pandemia de COVID-19, el Informe del PNUD sobre Desarrollo Humano advierte que, en ciertas dimensiones del desarrollo humano, se están registrando niveles de privación equivalentes a los de mediados de la década de 1980. De cara al futuro, no se buscará volver a la “normalidad” de 2019, en la que los avances en el logro de muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) no estaban bien encaminados para cumplir el plazo de 2030, sino más bien se procurará reconstruir mejor.
Durante la pandemia, hemos visto que los países con una infraestructura digital más desarrollada suelen estar mejor preparados para afrontar desafíos inmediatos y a mediano plazo, ofreciendo servicios de atención médica y educación en línea y empleando sistemas de pago digitales. La pandemia ha demostrado la importancia de la tecnología y, en muchos casos, ha acelerado la transformación digital. Hemos analizado las nuevas tendencias de algunas tecnologías clave que se están aplicando en las economías en desarrollo y que pueden generar un impacto amplio y duradero.
Ciertas tecnologías nuevas o más económicas han hecho que la información geoespacial sea más accesible. Algunos pequeños Estados insulares en desarrollo, que están expuestos a los riesgos inmediatos del aumento del nivel del mar y los fenómenos meteorológicos extremos derivados del cambio climático, como Maldivas, usan drones para trazar mapas de riesgos de desastres.
En el Perú estamos empleando datos geoespaciales para ayudar al gobierno a preparar un plan de recuperación de bosques.
La información satelital también puede utilizarse para elaborar programas de microseguro destinados a agricultores, los cuales a partir de datos sobre las precipitaciones y una aplicación móvil permiten efectuar eficazmente pagos automáticos a los agricultores cuando las precipitaciones son muy superiores o inferiores a los niveles medios y generan pérdidas de cultivos. Esto puede mejorar la resiliencia y los medios de vida de muchos agricultores de países en desarrollo.
También se están creando mecanismos innovadores en el sector tecnofinanciero, como la plataforma GCash Forest, que cuenta con el apoyo de la Iniciativa de Finanzas para la Biodiversidad del PNUD en Filipinas. Más de dos millones de personas ya se han registrado en la aplicación desde su lanzamiento hace un año y están acumulando puntos por realizar actividades sostenibles, como caminar, optar por no usar billetes de papel o comprar productos orgánicos. Hasta ahora se han destinado más de US$ 500.000 a plantar árboles.
En el Líbano, el AltFinLab del PNUD ha puesto a prueba una criptomoneda llamada Cedar Coin. Por cada moneda comprada se planta un árbol de cedro. Las especies plantadas son autóctonas y cada tipo de cedro tiene su propio precio. Además, los árboles adquiridos específicamente a través del programa se registran usando la tecnología de cadena de bloques.
Cada vez hay más aplicaciones de la “Internet de las cosas”, desde sistemas de movilidad inteligente y ciudades inteligentes hasta aplicaciones de agricultura inteligente, como sistemas de riego y de gestión de las cadenas de valor. Los medidores inteligentes son fundamentales para ampliar el uso de las energías renovables, tanto las conectadas a la red como las independientes, y favorecen la introducción de otras aplicaciones, como las de pago y medición inteligentes, que contribuyen a reducir el riesgo de la inversión en la energía renovable en muchos países en desarrollo. Además, algunas ONG e instituciones académicas están probando aplicaciones especiales para el seguimiento de proyectos y los ciclos de aprendizaje.
De todos modos, no podemos esperar que los países aprovechen los beneficios de la tecnología si no cuentan con una conexión fiable y asequible. Actualmente hay 3.600 millones de personas que aún no tienen conexión a Internet, principalmente en países en desarrollo.
Para resolver correctamente los aspectos básicos, necesitamos que más personas de los países en desarrollo innoven a nivel local. Algunas veces, una solución más económica y simple servirá. Durante un hackatón realizado en Rwanda, varios equipos de jóvenes ingenieros propusieron emplear nuevas tecnologías para transmitir datos de sensores desde zonas remotas sin cobertura de Internet hacia el punto de Internet más cercano.
Es bien sabido que hay una tendencia creciente en cuanto al compromiso de las empresas con la sostenibilidad, aunque, ante ello, cabe preguntarse si esos compromisos se manifiestan para promover una marca o bien para mitigar el cambio climático. El hecho de llevar adelante las actividades comerciales de la manera habitual y luego informar cómo esto se relaciona con los ODS a modo de reflexión adicional no es suficiente. Todo cambio sustancial debe partir de un análisis detenido del impacto en todos los aspectos de las operaciones, desde la cadena de suministro hasta la producción y las etapas posteriores.
El equipo de Naturaleza, Clima y Energía del PNUD y la Oficina del Oficial Jefe de Tecnología Digital están abiertos a recibir más sugerencias sobre el modo en que las tecnologías digitales podrían generar un impacto sobre el terreno para favorecer el desarrollo sostenible. Envíenos sus comentarios e ideas a digital@undp.org.
La pandemia de coronavirus COVID-19 es la crisis de salud global que define nuestro tiempo y el mayor desafío que hemos enfrentado desde la Segunda Guerra Mundial. Desde que su aparición en Asia a finales del año pasado, el virus ha llegado a cada continente, excepto a la Antártida.
Pero la pandemia es mucho más que una crisis de salud, es también una crisis socioeconómica sin precedentes. Al poner a prueba a cada uno de los países que toca, la pandemia tiene el potencial de crear impactos sociales, económicos y políticos devastadores que dejarán profundas y duraderas cicatrices.
El PNUD es el líder técnico en la recuperación socioeconómica de la ONU, junto con la respuesta de salud, dirigida por la OMS y el Plan Global de Respuesta Humanitaria, y trabaja bajo el liderazgo de los coordinadores residentes de la ONU.
Cada día, las personas pierden sus trabajos e ingresos, sin forma de saber cuándo volverá a la normalidad. Las pequeñas naciones insulares, que dependen del turismo, tienen hoteles vacíos y playas desiertas. La Organización Internacional del Trabajo estima que se podrían perder 195 millones de empleos.
El Banco Mundial proyecta una disminución de US$110 mil millones en remesas este año, lo que podría significar que 800 millones de personas no podrán satisfacer sus necesidades básicas.
SUPERCHARGING THE GLOBAL FOOD AGENDA Gulfood underscores the UAE’s status at the forefront of sector…
La iniciativa «Peoples’ Climate Vote» del PNUD refleja el sentir de más de la mitad…
En 2023, la región de América Latina y el Caribe se vio afectada por partida…
Luego de 175 años de historia en los que las innovaciones en favor de la…
Dos de los colectivos serán parte de una experiencia piloto de funcionamiento con biodiesel, que…
Hoy, a las 9, en el Espacio Cultural Universitario se desarrollará una jornada que abordará…