Cada año, en el país se generan más de 17 millones de residuos peligrosos y apenas el 21% recibe tratamiento. El resto, se dispone directamente en basurales, cursos de agua o se entierra, según denunciaron esta tarde las dos cámaras que agrupa a las empresas que se dedican a la industria de tratamiento y transporte de residuos industriales y patogénicos. Esto significa que casi 14 millones de toneladas de desechos peligrosos se desvían al circuito ilegal, sin ningún tipo de tratamiento. El dato no es menor en el contexto de pandemia, ya que los residuos pueden convertirse en un foco de transmisión. En 2019 se generaron en el país 60.000 tonelades de residuos patogénicos hospitalarios y se estima que este año lleguen a 80.000 a causa del impacto del Covid-19.
«Los datos sobre residuos peligrosos parecieran ser el secreto mejor guardado del país. Nadie sabe a ciencia cierta la magnitud del problema y es por ello decidimos comenzar a recopilar y analizar nuestra información para entender mejor la realidad sobre la que operamos. Hoy no está dimensionado el daño. Entonces, es como si no existiera. Lo más visible es el Riachuelo y las enfermedades que sufren quienes viven en la cuenca por la contaminación», Claudia Kalinec, presidenta de la Cámara Argentina Tratadores y Transportistas de Residuos Industriales y Especiales (Catries).
LA NACION consultó a los voceros del Ministro de Ambiente, Juan Cabandié sobre estos números pero, hasta el momento, no obtuvo una respuesta.
¿Qué son los residuos peligrosos? Los desechos patogénicos son solo un tipo de ellos. La ley 24.051, sancionada en diciembre del 1991,establece que es todo residuo que pueda causar daño, directa o indirectamente, a seres vivos o contaminar el suelo, el agua, la atmósfera o el ambiente en general. Proviene de industrias, de la actividad petrolera y minera, de la agroindustria, de los centros de salud y del comercio, entre otras actividades.
«Tomando como base la cantidad de residuos que tratamos las cámaras, estimamos que anualmente se generan más de 17 millones toneladas. Esto equivale a más de 100.000 obeliscos. Y sólo el 21% contrata a operadores certificados. Este número es alarmante. Hay 14 millones de toneladas que quedan fuera del sistema legar. Van a parar a basurales a cielo abierto o terminan en ríos y arroyos. El problema es que la ley es obsoleta, no se aplica y no hay sanciones. La falta de tratamientos de residuos no puede ser una variable de costos», reclama el informe de las cámaras.
Los tratadores y transportistas aseguran que esta es la primera radiografía que se hace del estado de situación. Para llegar a estos números, entrecruzaron datos aportados por las empresas tratadoras del sector.
¿Cómo se llega a ese número?
El 30% de las empresas radicadas en el país son generadoras de residuos industriales, especiales y peligrosos señala el informe. Esto es, unas 182.817 compañías. Sin embargo, las que contratan tratamiento de residuos son apenas 39.232, es decir el 21%. Estas firmas tratan 3.771.000 toneladas de residuos anuales. Haciendo la proyección correspondiente se llega al número de 17.572.639 de toneladas anuales totales. Y de la diferencia, a los 13.801 millones de toneladas sin tratan.
«Son sólo 39.232 empresas generadoras las que entienden que el tratamiento de residuos es parte del costo de producción, no un adicional», dice Gustavo Solari, presidente de la Cámara Argentina de Industrias de Tratamiento para la Protección Ambiental (Caitpa).
El informe señala: «Algunos de los interrogantes que nos dejan estos números es cómo hacen las 143.000 empresas que no tratan sus residuos industriales para disponerlos. ¿Cuál es el costo de la recomposición del daño ambiental generado por 14 millones de tonaladas anuales de residuos industriales que no se tratan? ¿Y el daño para la salud? ¿Es un problema de costos, de mala praxis o ambas?».
«Hay que concientizar sobre la importancia del tratamiento adecuado de los residuos peligrosos. Están tipificados así por un motivo y el daño que producen es una realidad«, dice Solari. «Los números son alarmantes y es necesario empezar revertir la situación actual. Es preciso que todos los actores involucrados tomemos conciencia del desafío ambiental y del enorme daño que están generando al no tratar adecuadamente este tipo de residuos«, agregó Kalinec.